martes, 5 de junio de 2007

Dejar partir

El dolor de no entender lo inentendible. Hoy hablando con su tio via msn, se avivo en mi el dolor. Creo que no me pude despedir bien, habia muchisima gente, fue imposible decir una oracion junto a él.
Habia un amigo que lo tenia de la mano y no lo soltaba, estaba destrozado.
Se ve que Octavio era muy amado, que toda la gente lo queria y esto no lo digo, como se dice siempre despues que alguien muere, no. Lo digo, por la incontable cantidad de gente que fue a despedirlo, el constante entrar y salir de caras tristes.
Por las anecdotas de su alegria, de su gusto por la musica y el baile, por sus amigos, compañeros de trabajo.
Dios, se lo llevó por que seguramente ya habia cumplido su meta en la tierra.
A pesar de que mi contacto mas frecuente se dio cuando era un niño, no puedo evitar las lágrimas y los recuerdos que brotan de mi mente, y la imagen de la novia embarazada sentada en un sillon alejada de el, su amor.

2 comentarios:

Araña Patagonica dijo...

que decirte? nada, porque nada te quitaria el dolor.. solo que desde aquí va a un abrazo fuerte.. fuerte..
un beso

yerbanohay dijo...

como decia el poeta
no perdono a la muerte enamorada
no perdono a la vida desatenta
no perdono a la tierra ni a la nada.