Adios, KiKus

Ella era pelirroja, no canela. Tenía los ojos grandes, verdes. Ya se llamaba Magui, y al ver la película El Quinto Elemento, le quedó como segundo nombre Leelo.
A pesar de ser hembra, le decíamos el Kikus, cariñosamente. Mi hermano le decía Moycoco.
Hoy se fue... estaba muy enferma y no quedó otra que sacrificarla.
Me acuerdo de la mañana en que me la entregaron, tan pequeña, tan hermosa. Angel y yo nos peleamos para ver quién se la quedaba (yo vivía con mi mamá).
Durmió conmigo desde la 1º noche, y fue mi compañera fiel.
Pienso que lo que más le gustaba, era meterse en el agua, ojo... no bañarse, nadar, nadar y nadar en los ríos, lagunas o acequias.
Me queda de ella esa imagen, tan feliz!
Te amo Kikus, seguro que estás en el cielo, en una laguna de aguas limpias.
Si las mascotas tienen el fin de hacer la vida feliz a sus dueños, tarea cumplidísima.
Yo te pido perdón, por tomar esa decisión, pero quise alejarte del dolor.